LA PRIMAVERA NOS INSPIRA....
ME SORPRENDIÓ LA FÉRTIL PRIMAVERA Brotaban verdes hojas Y era una lluvia de saetas de oro, Tras de tanto camino es la primera —¡Cuán tarde ya para la dicha mía!— CANCIÓN PRIMAVERAL Salen los niños alegres Voy camino de la tarde ¡Abril divino, que vienes PRIMAVERA Ayer Los días niños cantan en mi ventana Las casas son todas de papel Violadores de rosas Y desde él cantaréis todos Mi vida es un limón Limones y planetas La primavera nace El arco iris brota de la cárcel Y sobre los tejados Antonio Machado. La primavera besaba (Galerías 1900-07) La primavera besaba
Antonio Machado (Humorismos, fantasías y apuntes 1907)
de las hinchadas yemas del ramaje,
y flores amarillas, blancas, rojas,
alegraban la mancha del paisaje.
el sol sobre las frondas juveniles;
del amplio río en el caudal sonoro
se miraban los álamos gentiles.
vez que miro brotar la primavera,
dije, y después, declamatoriamente:
Y luego, al caminar, como quien siente
alas de otra ilusión: —Y todavía
¡yo alcanzaré mi juventud un día!
Federico García Lorca (1919)
De la escuela,
Poniendo en el aire tibio
Del Abril, canciones tiernas.
¡Qué alegría tiene el hondo
silencio de la calleja!
Un silencio hecho pedazos
Por risas de plata nueva.
Entre flores de la huerta
Dejando sobre el camino
El agua de mi tristeza.
En el monte solitario
Un cementerio de aldea
Parece un campo sembrado
Con granos de calaveras.
Y han florecido cipreses
Como gigantes cabeas
Que con órbitas vacías
Y verdosas cabelleras
Pensativos y doientes el horizonte contemplan.
cargado de sol y esencias,
llena con nidos de oro
las floridas calaveras!
Gerardo Diego (Manual de espumas 1921)
Mañana
y van y viven las golondrinas
doblando y desdoblando esquinas
Gozadores perpetuos del marfil de las cosas
Ya tenéis aquí el nido
que en la más ardua grúa se os ha construido
en las manos del viento.
pero no es amarilla mi canción
en las ramas del sol
cuántas veces cobijasteis
la sombra verde de mi amor
la sombra verde de mi amor
y en su cuerpo de luz la lluvia pace
mi mano blanca es un hotel
para palomas de mi cielo infiel
suavemente la arboleda,
y el verde nuevo brotaba
como una verde humareda.
Las nubes iban pasando
sobre el campo juvenil...
Yo vi en las hojas temblando
las frescas lluvias de abril.
Bajo ese almendro florido,
todo cargado de flor
-recordé-, yo he maldecido
mi juventud sin amor.
Hoy, en mitad de la vida,
me he parado a meditar...
¡Juventud nunca vivida,
quién te volviera a soñar!
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Jordan Trunner -